Por Michael Sixto
Llegan y me preguntan qué hago, a qué me dedico. Soy actor-les digo después de evitar su mirada inquisidora– y como en las películas les contesto a ustedes con otra pregunta. ¿Es acaso importante eso? Yo hago, digo y me dedico a lo que me dé la gana, o sea, soy libre. ¿Se los tengo que repetir nuevamente? Soy un egocéntrico retorcido. Soy un proxeneta. Un judío en la Alemania de 1941. Soy un desamparado en medio de la avenida. Soy un dinosaurio verde. Soy lo que me dé la gana ser, ¿acaso no lo entienden? Pero me siguen preguntando. De repente les ha dado por eso; por preguntar. ¿Ustedes no saben que la curiosidad mató al gato? Yo creo que ustedes no saben nada y lo único que quieren es fastidiar, por gusto, solo fastidiar. Escuché que a otros también les han preguntado, ¿es verdad? y que el más alto de ustedes, sí, tú, el de espejuelos oscuros, saca una libretica y anota todo lo que se habla. Me dijeron que cuando aparecían la primera vez ya nunca más dejaban de venir… para seguir preguntando. Me han aconsejado que les conteste. Nadie sabe lo que puede pasar si evitamos su presencia y nos negamos a responder, al menos eso me han dicho. Pero yo soy actor- les digo otra vez- cómo van a escribir en la libretica todos los roles que he representado. Me confunde todo esto. Me confunde mucho y no sé ya que papel estoy interpretando. Ok, ok. Les voy a decir la verdad: Soy mecánico de refrigeración, eso es lo que soy. Me gradué y todo, se los juro. Tengo un título de técnico medio y me va bien, considerando, ustedes saben cómo está la situación. Pero siempre, siempre… he querido ser actor.