Por Michael Sixto

Picture by Dani Colston www.danicolston.com
Hubiera sido más fácil sucumbir al caos, terminar en el fondo junto con los otros. A fin de cuentas no había muchas manos tirando de la cuerda ni rostros vencidos reclamando una respuesta. A veces, solo a veces esas cosas pesan. Hay un ave dormida debajo de la cama y un cuerpo inerte sobre ella. Mi hija sonríe sin hablar y su mundo crece aceleradamente. Entonces pienso en la cuerda. Mañana será otro día y en veinte años no recordaré este. Imágenes que pasan como el carrusel dando vueltas. Luces intermitentes que invitan al descuido. Pero no podemos. No hoy. Las fachadas de los edificios son amarillas y pintadas con despreocupación porque alguien dijo que había que hacerlo. Alguien siempre dice qué hacer y entonces hacemos. Los que no hacen y no escuchan terminan en el fondo. Esos son los otros. A veces quisiera ser como ellos. Solo a veces.
Iba a comentar, pero no. Sigo descubriendo algo. Me ha encantado este texto. A veces yo también quisiera ser como ellos… solo a veces.
Si sigues esperando a descubrir entonces sí tienes permiso de no comentar.
¡Gracias por estar!